sábado, 23 de febrero de 2008

Lo que no existe


Hablas de ella como si fuera una transacción, pero una transacción prudente esta vez, sin riesgos (o pocos riesgos) de que salga mal. "Con ella..., con ella voy bien: la cosa va bien".
Hablas de ella como te hablaron a ti de las diferentes estaciones en las que tenías que apearte para ser considerado un pulcro miembro más de la sociedad.

Desde tu más temprana edad, apúntate a actividades extraescolares musicales y deportivas (y si además vas a una academaia de idiomas, mejor que mejor); recibe tu Primera Comunión a los nueve y la Confirmación, hacia los trece.

A los quince podrás empezar a coquetear con chicas, pero no es obligatorio nada con fundamento, es tiempo de niñatadas, errores, fantasías y sí, están permitidos los amores platónicos.
Coquetea con la bebida y otras sustancias evasivas, pero sin pasarte: sólo en la cantidad socialmente correcta. No querrás convertirte en un marginado...
Y sácate el carnet de conducir a los dieciocho, termina la carrera antes de los veintitrés y entra en el mundo laboral antes de los veinticinco.
Por cierto: cuando cumplas los veintiocho, está tajantemente prohibido no tener pareja. ¿Acaso apestas? ¿O tienes algún problema? Puedes buscar ayuda profesional. Te vas a quedar solo de lo contrario...Y nadie desea eso, ¿verdad?

Hablas de ella como si fuera un negocio seguro después de mil y un catastróficos intentos. Después de que te hicieran tanto daño y pasaras del romanticismo idealizado a la desazón y el nihilismo.
Hablas de ella sin corazón pero con cabeza: crees que es la única manera de que no te hagan daño de nuevo. No volverá a pasarte: ya conoces las reglas del juego.
Escogerás a tu pieza tras largas y fatigosas jornadas de caza; una ligera evaluación previa te revelará que se trata de una pieza idónea porque no parece excesivamente difícil de apresar, y porque que tiene un mínimo de intelecto, empatía y raciocinio, y porque que, al parecer, no te costará demasiado poder besarla.
Comienza la ceremonia del cortejo.
Te darás importancia, y cuando se acerque un paso, tú te alejarás dos para vovler a acercarte uno al cabo de un tiempo. Si es que es así: siempre queremos lo que más cuesta.
Seguirás la ceremonia hasta que al final, de mutuo acuerdo, lleguéis a la conclusión de que tú eres lo mejor para ella y ella, lo mejor para ti. Es lo que hay. Tenías que elegir entre lo que se te ofrecía. No sueñes más: sólo te harás daño.
Ahora ya estáis juntos, ¿cuando será la boda? Pero ojo avizor, amigo: siempre hay cazadores al acecho que no se conforman con una sola presa. Si fuiste astuto y escogiste bien, te será fiel.

Hablas de ella como si fuera una operación mercantil, un valor de la Bolsa cien por cien efectivo, una apuesta casi segura. Pero tus ojos te delatan, se disculpan ante mí:
-Vale, no es amor, de ese amor de novela, de ese amor de película en el que uno cree cuando es un inmaduro, pero nos entendemos bien, pasamos el tiempo sin tensiones...Nos cuidaremos el uno al otro hasta que se nos queme la vida, como todo el mundo hace, ¿qué querías que hiciera? Tú deberías hacer lo mismo, búscate a alguien a quien...
-¿Soportar? ¿Compadecer? ¿Ayudar? No, gracias, guárdate tu consejo: prefiero algo de verdad.
-El amor no existe.
-Te quivocas: el amor existe sólo para los que creen en él. Y está claro que tú no perteneces a ese grupo.
-Al final te vas a quedar solo. Lo que pides no llegará nunca...
-Puede -respondo antes de darme la media vuelta e irme-, pero al menos no me habré transformado en un amante impostado. Te compadezco.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hi, look here

Esti dijo...

acaso apesto? jeje
puede ser

pero estoy de acuerdo contigo en que cada cosa ocurre en su momento, cada uno crece a su propio ritmo, construye su propia historia..

y ésta no tiene por qué coincidir con ese camino marcado desde fuera que algunos se empeñan en que los demás sigan

quizá porque si no lo hacen, cuestionan que ése, el que ellos también "eligieron", sea el único que conduce a la felicidad..

la vida, mi vida, es lo único que tengo.. y dure lo que dure sé que será corta para todo lo que tengo que descubrir dentro de mí y en los demás, para todo lo que tengo que aprender y dar y recibir y disfrutar y sufrir..

no pienso desaprovecharla

Ian Grecco dijo...

Me gusta tu reflexión. La comparto al cien por cien.

Suelo afirmar algo que quizás pueda parecer un poco prepotente cuando en realidad es un grito desesperado: el día que me comporte, en contra de mis convicciones, como lo hace la inmensa mayoría de los que me rodean,habré muerto como persona.

No seré "yo", sino una corteza, un autómata, un alelado sin esencia ni personalidad. Y entonces viviré por inercia hasta que me muera.

Haré todo lo que pueda para que eso no suceda.