domingo, 17 de febrero de 2008

Confieso: leo libros sobre vampiros enamorados


Dios mío...

Debo de estar francamente mal: ¡estoy leyendo best-sellers! Y lo peor de todo, ¡les encuentro cierto atractivo!

Cuando digo best-seller no me refiero al término literal del manido palabro, es decir: aquellos libros que han sido un éxito rotundo a nivel mundial ("El Quijote" y la Biblia lo son...), sino a esos libros que adolecen de un cúmulo de características comunes, y que habitualmente me producen rechazo.

Hablo de libros de argumento atractivo; sí, atractivo como el de una película de esas de Hollywood cuya sinopsis, de dos líneas, puede poner en peligro el mundo, crear especies y reinos fantásticos, o plantear enigmas de medio pelo pero que todos, en el fondo, deseamos averiguar; cuanto antes, añadiré. Porque la velocidad es el eje en torno al cual pivotan estas peliculillas vistosas pero insípidas como un bombón bajo en calorías (con ese regusto característico a sacarina que queda en la boca al segundo de engullirlo).

Hablo de libros en los que los personajes o son malos malísimos (que cumplen fiel e impunemente su Plan Global de Vilezas hasta que al final del libro el bueno les para los pies, pero sólo al final, ¿eh? No vayamos a jorobar la trama... ) o buenos buenazos como panes benditos, tan dotados de todas las virtudes humanas subyacientes en nuestra concepción ética de la existencia, que hasta dan grimilla...Aunque ni eso, si soy franco: porque están descritos con tanta desgana y poco respeto por el lector que ni me los creo (no doy nombres para no ofender a más de un millón de admiradores, pero un librucho que fue un éxito de ventas no hace mucho, ambientado en la Edad Media, describió a uno de sus personajes diciendo que era pelirrojo y con barba, y poco más. Y el tipo en cuestión tenía un papel bastante importante en el tingaldo).

El problema es que el escritor de lo que yo llamo best-seller, escribe para un público poco dado a la maravillosa tarea de crear en la fantasía de uno mismo el personaje literario que sólo las pautas de los mejores escritores nos pueden ayudar a engendrar. Vagancia argumental, lo llamaría yo. Aunque es comprensible: las tareas de la vida cotidiana le dejan a uno con pocas ganas de esforzarse en deberes más allá de lo estrictamente necesario para sobrevivir.

Y la televisión no ayuda: ¿pero qué clase de gente se creen que somos para atosigarnos con esos formatos, esas series, cargadas de criaturas marginales, malos actores y contenidos con valores carentes de todo fundamento humano?

Seguiré hablando sobre el temita...Sólo decir que los best-seller que he devorado en estas dos semanas son "La sombra del viento", de Carlos Ruiz Zafón, y "Crepúsculo" (sobre una adolescente que se lía con un vampiro, no comment) de Stephanie Meyer. A cada uno le tocará lo suyo cuando reúna fuerzas pare ello: lo prometo.

Tantas horas de estudio y soledad hacen que a uno la cabeza se le vaya de rally por los recuerdos, los hipotéticos y las maldades del mundo...

2 comentarios:

Ian Grecco dijo...

I did it.

Castle dijo...

si eres una verdader fan de stphanie meyer tienes que leer lo que pone en este blog te va a interesar
http://fan-es.blogspot.com/
es sobre el ultimo libro de la saga