jueves, 5 de julio de 2007

Noticias olvidadas: A sangre fría



...imágenes que impresionan los ojos y el corazón. Mohammad ad-Dara, 12 años, arrodillado junto al cuerpo de su padre, el rostro deformado por el llanto y el terror, mientras el hombre alza desesperado una mano en un patético intento de parar los proyectiles. Padre e hijo se aprietan contra el muro, al amparo inútil de un bidón de hojalata. Dura poco la agonía. Las ametralladoras barren el aire. Muere de esta forma, no lejos de su casa de Netzarim, el chico palestino, con la cabeza inclinada sobre las rodillas de su padre, que intenta una última y tierna caricia con su mano casi rígida, con su cabeza bloqueada en una postura antinatural a causa de los golpes que le han destrozado la espina dorsal. GIANCARLO GIOJELLI


Quería escribir, en mis noticias olvidadas, sobre ese padre y ese hijo palestinos que hace unos siete años, murieron destrozados por las balas israelíes delante de las cámaras de la televisión. Y buscando datos precisos en internet, he chocado con las palabras de este tal Giancarlo Giojelli que me han aprecido dignas de ser cortadas y pegadas en este espacio porque describen a la perfección lo que yo deseaba describir.
El padre del que habla el señor Giojelli era un palestino que trataba de proteger a su hijo con todo lo que tenía, su cuerpo, sin que nadie hiciera nada por protegerle a él. Frente a un muro, los israelíes les ejecutaron sin piedad. ¿Su delito? Ni me he molestado en buscar "explicaciones" ("trágico error", "eran terrosristas"..., etc), porque, ¿puede haber delito que merezca semejante castigo?

Yo vi la noticia cómodamente, en casa de una amiga, mientras comíamos con su simpática y numerosa familia en un pueblecito de la montaña. Cuando vimos aquellas imágenes, todos nos indignamos, "¡qué mundo es este que permite semejante atrocidad, en pleno siglo XXI, delante de las cámaras de televisión, qué horror, qué...!", y un sinfín de escandalizadas expresiones más...Pero luego, poco después, en la televisión pusieron otra noticia y nosotros pasamos al postre, y por la noche, nos ocupamos de nuestros asuntos; aunque quizás los más sensibles sí que pensaron en ese padre y en ese hijo...Pero allí quedó la cosa. El padre y el crío, o lo que quedó de ellos, digo yo que serían entregados a los suyos para que les enterraran, pero la madre, ¿dónde estaban la madre y esposa, los posibles hermanos, tíos, abuelos...? No sé, sucedió hace seis años y ya está olvidado. Nadie ha hecho gran cosa con ello, con ese dolor, porque a veces sí que se hacen cosas, películas, libros y ensayos inspirados en sangrientas páginas de la historia, pero esto..., ¿alguien se acuerda de lo que estoy contando? Con el olvido, amigos míos, estoy convencido de que llega EL HORROR.

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