lunes, 12 de enero de 2009

Ubi sunt?

Como siempre que hay guerras o revueltas sangrientas en la esfera internacional, hay personajes con voz pública que tienen la "santa face" de justificar o no condenar o lamentar abiertamente crímenes a todas luces aberrantes (lo cual, para mí, constituye una comisón por omisión).

Leo los periódicos, veo y escucho las tertulias en televisión, y con perdón de la expresión, flipo en colores, porque...menuda panda de especímenes insensibles y obtusos puebla este mundo...

Mario Vargas Llosa, el otrora defensor acérrimo del Estado de Israel, dice haber cambiado de opinión después de haberse dado un par de paseítos por el barrizal de Gaza. Y ahora, bastante después de que empezara la Gran Carnicería en el Nombre de Jahvé, allá por 1948, dice que, jolín, os estáis pasando ya chicos, ¿no creéis que se os está yendo un poquito la mano? Luego no van a quedar ganas de ir a ver la última de Daniel Craig...
En fin, el Nuevo señor Vargas Llosa se pregunta que dónde están ahora esos presuntos defensores de la paz judíos como David Grossman o Amoz Oz. Eso me pregunto yo...

...y también un veterano contertulio del programa de Concha García Campoy que se ha comprometido a dar todos los días- durante una temporada, supongo, aunque no tiene ni para empezar: podría hacerlo a diario hasta el fin de sus días- dos nombres de dos intelectuales judíos que ahorita mismo están chitón chitón. Hoy han "caído" mi admirado Leonard Cohen y Bob Dylan. De Dylan ya me lo esperaba, tiene fama de hablar sólo cuando le va la vida en ello, pero Leonard Cohen...Confiaba en él, sobre todo después de leer un magnífico poema que escribió en contra de la invasión de Irak y del que publiqué aquí un extracto. Habrá que esperar...

En cambio, otro par de "master minds" del mismo programa, una escritora de esas que quedan finalistas en premios con nombre de cuerpo celeste (y toda una máquina de lanzar perlas) y un tipo que hasta hoy yo consideraba sereno y moderado, han escupido verdosos improperios hacia los que se han posicionado "sólo" a favor de las víctimas de Gaza, "¿qué pasa con los terroristas y las víctimas del otro lado?", "los progromos se extienden por Europa" (¡toma ya!), "¿qué hace Zapatero hablando de palestinos para inaugurar las elecciones en Galicia?"

Les escucho y flipo...Otro día escribiré un post explicando por qué Hamás no es un grupo terrorista al uso (y me importa un pimiento que los políticamente ineptos se rasguen las vestiduras: no, señores, Hamás no es un grupo terrorista como otros, ¿acaso la resistencia de Vichy lo era? Y prohibido paralelismos imposibles con Irlanda y el País Vasco).

En cuanto a hablar de Palestina en Galicia (del tema del antisemitismo me río)...Pues no sé...
Yo he estudiado que el mundo se organiza en muchas divisiones territoriales, en estados, comunidades autónomas, provincias, regiones...y el estar ubicado en una de ellas (aunque sea en un determinado momento político que afecta a ese pedazo de territorio)no creo yo que sea óbice para clamar por la paz en un lugar alejado de ese sitio pero donde, mira tú por dónde, están cargándose a diario a personas como si fueran cucarachas. Digo yo...

También tenía en mente criticar a la panda de payasos esos que, cada día más, pueblan ese mundillo siniestramente brillante llamado Hollywood, y cómo tampoco han dicho nada sobre Gaza en su galita de los globos dorados, otra de sus fiestecillas chirriantes y horteras en las que se premian los unos a los otros para enjabonarse los siliconados egos. Pero qué van a decir, si se trata de cantar las cuarenta al propietario de ese tinglado de cartón piedra donde todos quieren reinar y no envejecer por siempre jamás...

En fin, que... ubi sunt? los abanderados de la paz ahora...

Ay, pero qué miedo da plantarle cara a los mafiosos del patio...

1 comentario:

PePe dijo...

Buena pregunta.

El día de mañana, sospecho que nuestros nietos mirarán a esta generación con una mezcla de vergüenza ajena y asco. Y nuestros mandatarios serán recordados como unos patéticos émulos de Neville Chamberlain, valga el godwinazo. Pero para entonces ya será demasiado tarde.