lunes, 5 de enero de 2009

El trocito de hoy

Al piano, mi tía se fundía con el marfil y la madera como si su cuerpo fuera una prolongación del instrumento.
Las pasiones incontrolables que mueven a los hombres beben de las más diversas fuentes. Unos se decantan por el arte y anhelan plasmar en el lienzo de la creación la perfección plástica e imposible de los sueños; también existen los responsables de conceder al mundo sus descubrimientos e ingenios para paliar las incomodidades que conlleva la existencia; en cambio, otros se conforman con pasarse la vida distrayendo a su dañina falta de ilusiones inmiscuidos en una terrenal y tremenda vulgaridad sin pesquisar nada que les pueda hacer escapar de lo más estrictamente material, lo gris y predecible del oficio de vivir.
La tía Eloísa había escogido la música, y sin necesidad de sopesar si había sido una acertada opción para aquella mujer, estaba claro que aquel arte había constituido el leit motiv de su existencia. Yo, en cambio, acomplejada por mi mórbida terrenalidad, no tenía aún un cauce por el que pudiera discurrir mi pasión creadora, científica o social; bueno, eso si realmente atesoraba en mi interior semejantes fuerzas cautivadoras, ¿y si tal vez no había en mí nada prodigioso? ¿Podría vivir siendo consciente de ello?

3 comentarios:

Esti dijo...

emily, querida hermanita;

me alegra que escribas

reconozco tu "estilo" (si es que esa palabra significa algo)
y veo que, como siempre, tus personajes tiene hondura y complejidad

te seguiré leyendo

por cierto; aún espero recibir el cuento que me prometiste

saludos a anne, a padre.. y a todos en el páramo

Esti dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ian Grecco dijo...

Jejeje...! Cómo me conoces, Charlotte...El cuento solidario a ver si lo encuentro y te lo mando, es que creo que me lo cargué (del ordenador) y tengo que volver a pasarlo "a mano" (algo típico de mi caos existencial). Por cierto, creo que el rodaje de la peli sobre "nosotras" está paralizado...A ver si algún día "nos vemos" en pantalla. Un beso, hermanita...Y que Anne y yo nos acordamos mucho de ti.