
...me gustaría hablar de la publicación de los diarios de Sándor Márai (espero que sea mi regalo de Reyes, y si no, me lo regalo yo). Desde que leí "La hermana" no pude por menos de buscar todo lo tipo de información sobre este hombre tan desgraciado, otro de mis queridos suicidas literarios, hojas de otoño que secas y maduras se precipitan del árbol de la vida por su propia elección, porque consideran que ya no tienen más belleza o arte que aportar al mundo...
...escribiría algo sobre el derecho de esa niña de 13 años a renunciar a la vida, o más bien, a decir de una vez NO MÁS al ensañamiento terapéutico que lleva padeciendo desde los 5 años. Hannah, se llama. Es inglesa. Y me retuerce por dentro la serenidad que luce en esas imágenes que nos conceden los medios de comunicación, imágenes en las que aparece rodeada de su familia, conversando, viendo la tele, riéndose, como si no supiera que sólo le quedan semanas de vida. Eso sí, cuando la grabaron frente a la pantalla de su ordenador rosa no estaba ni chateando ni consultado páginas de sus ídolos musicales, no señor: estaba jugándose un solitario digital con cartas de póquer. Ella sola, jugando. Un solitario, ella...Sola.
...hablaría más de mí, o más bien de mis descubrimientos, porque no paro de descubrir cosas, personas, verdades que hasta hacía poco estaban ocultas en mi vida.
Ya habrá tiempo, todo se andará...