jueves, 21 de octubre de 2010

El Destino no existe...


no nos engañemos...
Es bonito cederle a otro
toda la responsabilidad de lo que
nos pase,
SÍ,
pero no es ni justo,
ni racional,
ni maduro.
El Destino no existe,
si es que llegaste a pensar,
oh, ingenuo,
que la veleta de tu existencia
correría a cargo
de otro,
ente abstracto,
padre o madre,
dados malditos,
cara o cruz
de una moneda criminal.
No es así,
el Destino, el Dios, el ser superior,
varita mágica, ángel de la guarda,
querubín custodio,
no existe, es superchería,
aire, sueño, imposible.
De ti depende todo,
el cómo vivas,
el cómo
termines tus días.
No esperes que sea un embuste
el que dirija tu nave:
naufragarás en la más honda
DECEPCIÓN.

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