sábado, 12 de abril de 2008

Interesante




[Manuel Talens, escritor español y traductor de algunos de los ensayos de Shamir, rompió relaciones con Shamir y llamó a boicotear a Shamir porque hay libros de Shamir publicados por “Pedro Varela, un editor nazi español y firme defensor de la herencia de Hitler” ]

Manuel, tu obsesión con Hitler te tiene despistado. Hitler se murió, ¿no te has enterado? ¿A quién le importa si al señor Varela le fascina su memoria, o le fascina Gengis Kahn, o Napoleón? ¿Qué es lo más importante para ti, un chico palestino vivo o un gobernante alemán difunto? Gilad Atzmon, al cual admiras con razón, llamó a la unidad, pero tú provocas división.
A mí no me hace gracia estar en la misma trinchera (como escribiste) que un negador de Cristo como tú, pero la militancia política no es un masaje tailandés, y lo que nos guste o nos deje de gustar no es asunto relevante. Para mí, nuestra lucha no es una actividad social, sino una batalla de vida o muerte. En esta batalla, por impedir que mi mensaje llegue a la gente te has convertido en un lastre.


¿Por qué es tan importante Hitler para ti? ¿Cómo puedes sobrevivir en España entre gente que apoyó a Franco, firme aliado de Hitler? ¿Por qué no protestas si a un autor entre los nuestros lo publica un editor judío como por ejemplo el New York Times que tiene el record entre los que publican textos favorables a Sharon?

No, Hitler es el que menos me importa. Defiendo a un Hitler actual (si nos atenemos al jefe de los rabinos de Israel), el presidente iraní Ahmadineyad. No me asquean los hítleres de ayer, trátese de Saddam Hussein, de Nasser (según MacMillan) o de Arafat (en opinión de Begin). Me publicaron estalinistas en Rusia, y el presidente Bush te enseñó que Stalin es peor que Hitler. “Hitler” es el nombre genérico de cualquier enemigo de los judíos, como “Amalek”. Tu miedo mortal a Hitler te convierte en un eslabón muy débil (junto con el hecho de que reniegas de Cristo) porque indica tu sometimiento al universo según lo ordenan los judíos.


Me tienen sin cuidado Hitler y los nazis, pero desconfío profundamente de los anti-nazis, esa gente que ronda con banderas israelíes y pide que se prohíba uso del pañuelo [keffye] palestino. En serio, un hombre al que asusta el nombre de Hitler debería permanecer fuera del debate sobre Palestina, porque tendrá que gastar mucho de su tiempo y el nuestro repitiendo que él no es un antisemita.

Admiro a mi editor español Pedro Varela por su noble rechazo a la OTAN, a la agresión judeoamericana en el Medio Oriente, por su valentía, por ser capaz de entregar mi mensaje al pueblo español a pesar de las persecuciones policíacas, por su amor a la historia de España, al pueblo español, a la iglesia española. Aunque mis tíos pelearon por la República española, a pesar de que no le oculté mis simpatías comunistas, Varela no se dio a la fuga como tú.
Cuando me refiero a Cristo no lo invoco en vano: Aquél que se hizo amigo de putas, pescadores y colectores de impuestos es la luz que me guía; sus enemigos los fariseos que miraban cuidadosamente con quién andaban son los tuyos.


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