viernes, 29 de junio de 2007

"Blade Runner" tiene un cuarto de siglo


Se celebran 25 años de "Blade Runner", una magnífica joya de la ciencia- ficción subestimada en su época y aún incomprendida por muchos. Sin duda, el momento estelar de la película es el monólogo final que lanza el replicante Roy Batty (Rutger Hauer). Pues bien, acabo de leer que el poema "El barco ebrio" de Jean-Arthur Rimbaud, tiene algunos versos que guardan parecido con el magnífico epitafio del replicante Roy Batty. Vean y juzguen:


Roy Batty (Blade Runner)


Yo he visto cosas que vosotros no creeríais.Atacar naves en llamas más allá de Orión.He visto Rayos-C brillar en la oscuridadcerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderánen el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.

Jean-Arthur Rimbaud (El Barco Ebrio)


Sé de cielos que rompen en rayos, y de trombas,resacas y corrientes;

sé también del ocaso,del alba entusiasmada cual tribu de palomas,

¡He visto varias veces lo que el hombre ha creído ver!

He visto al sol bajo, manchado de horrores místicos,iluminando largos coágulos violetas,parecidos a actores de dramas antiquísimos¡las olas rodando a lo lejos sus temblores de álabes!¡

Yo he visto archipiélagos siderales! e islasen donde los cielos delirantes están abiertos al remero.

¿Es en estas noches sin fondo cuando duermes y te exilas,millón de pájaros de oro, oh vigor futuro?

¡Pero, cierto, que mucho he llorado!

Las albas son dolorosas.

Toda luna es atroz y todo sol amargo:el acre amor me ha hinchado torpores embriagantes.

¡Oh que mi quilla estalle!

¡Oh que desaparezca en el mar!

jueves, 28 de junio de 2007

Noticias olvidadas: Una escopeta de perdigones

Existen ciertas noticias que leí una vez en el periódico que me impactaron, que me hicieron llorar y que me quitaron el sueño durante varias noches, noticias cuyo contenido está guardado sólo en mi memoria, porque cometí el fallo de no recortarlas, y permití que acabaran en el contenedor del reciclaje o de la basura. Y antes de que se pierdan definitivamente en mis recuerdos, hablaré de ellas aquí.

Una fue la que relataba la tristísima historia de ese niño abandonado por sus padres que residía con su abuela de avanzada edad, el único familiar que le quedaba y que le había acogido cuando la madre del pequeño, drogadicta perdida, desapareció en las calles para no volver.
La abuela materna le crió y le mimó, salvando al crío de perecer en fríos internados o casas de acogida.
No muy lejos de la casa de la anciana, vivía otro muchacho de la misma edad del pequeño, cuya vida era prácticamente una réplica: abandonado, repudiado y finalmente acogido y criado por su abuelo, que lo había criado como a un hijo.

Ambas historias, propias de un relato de Dickens, podrían haber confluido en un bonito final en el que los pequeños se hacían amigos inseparables y sus respectivos abuelos lograban simpatizar hasta el punto de formar una agradable parejita de la tercera edad. Pero nada más lejos de la realidad. Lo que sucedió fue que el chaval criado por el abuelo asesinó a sangre fría a su réplica, de forma grotesca, no recuerdo exactamente cómo, pero a saber: arma blanca o alguna clase de medio manual que hace aún más cruento el asesinato de un ser humano.

Así se relacionaron los dos niños de dramática existencia: no con una amistad, no con una camaradería, comprensión y unión originada por la conciencia de ser dos maltratados por la vida. Todo acabó en asesinato. ¿Y el motivo? Cada vez que recuerdo la frase de la pobre abuela explicando su opinión sobre el asunto, se me retuerce el estómago: "le mató para quitarle su escopeta de perdigones, justo antes de que nos fuéramos de vacaciones al pueblo". Una escopeta de juguete barata, posiblemente comprada por la anciana a su hijo/nieto con todo su cariño; un inofensivo lujo, un detalle que a nadie debería haber ofendido; un trocito de dicha, de infancia robada, de pista de lo que debería haber sido su vida...Una escopeta de perdigones despertó la rabia, la envidia, la sangre...Y no olvidemos que antes del asesinato, la anciana llevaba de vacaciones a su pequeño, ¿a dónde? Imaginénse, lo llevaba a un trocito de vida rural, de casas de piedra y animales libres, otro minúsculo presente que la abuela concedía a su nieto difunto como lo más precioso del mundo, aunque no hubiera playas turquesas ribeteadas de palmeras ni hoteles titánicos.

Cada vez que me acuerdo de esa abuela y de la escopeta de perdigones procuro pensar en otra cosa y doy gracias a Dios de no haber recortado la maldita noticia.

martes, 26 de junio de 2007

De Barbies y Engendros


Las he descubierto en una tienda de todo a un euro (que por cierto, es mentira: hay cosas que llegan hasta treinta euros, ilusos consumistas).

Desde lejos son capaces dar el pego; de cerca, podrían continuar embaucando al ojo más profano en la materia, a saber: progenitores despistados, gente apresurada, o pupilas con mediocre sentido de la estética. Pero para la mayoría de los que topan con ellas, sí que dan el cante: huelen claramente a ponzoñosa imitación. Y más para las las avariciosas niñas (o niños, usuarios escasos y ocasionales) que reclaman las auténticas. Hablo de las falsas Barbies, esas burdas y torpes recreaciones de la Reina de la muñeca maniquí que se venden en tiendas baratas. Para fabricar sus caritas, quintaesencia de la belleza occidental (sonrisa centelleante, naricilla respingona, y ojos almendrados y luminosos), puede que los ingeniosos creadores se hayan hecho con un molde parecido al de la Barbie genuina, pero sólo pueden presumir de eso: de poseer cabezas más o menos parecidas a la de la auténtica. El resto del juguete es un grotesco despropósito: el pelo es poco más que tres cabeceras de pincel de acuarela unidas, un cabello imposible de moldear y atar; el cuerpo es de un plástico fácilmente quebrantable (es posible que la muñeca sufra mutilaciones cuando se la intente cambair de ropita o sentar) y de proporciones aún más amorfas que las de la Barbie auténtica; la ropa está mal cosida, es de un diseño antidiluviano, con colores pastelosos y mezclas de texturas imposibles. Pero lo más triste de todo y lo que hace que me compadezca de estas falacias, es el diseño de las cajas donde vienen presentadas, porque pese a que tratan de vender la muñeca como algo atractivo, con colores rosados y nombres sugerentes (Stacy, Julia, etc), son tan insensibles y bruscos sus fabricantes, que no se les ha ocurrido otra cosa que adornar el dorso de la caja con fotos de las preciosas , carísimas y auténticas Barbies de Mattel, como promesas de lo que la caja podría contener, pero que no contiene. Es como decir a la niña de padres no tan exigentes y/o adinerados: "mira, esto es lo bonito, lo deseable, esto es lo que deberías tener en tus manos, pero como no puedes, confórmate con la aberración que te ofrecemos, más acorde con tu poder adquisitivo". Y ya, en el colmo del mal gusto, ayer vi que algún desalmado había adornado la caja de una Barbie Engendro con la foto de una novia de carne y hueso, de belleza inversamente proporcional a la de Barbie, adornada con un tosco velo blanco coronado de flores sintéticas y un vestido que parecía el de su Primera Comunión agigantado. Muy triste. Por favor, fabricantes de cachibaches: un poco de sensibilidad.

lunes, 25 de junio de 2007

Mundo de locos

Han muerto varios españoles en el Líbano, y todos nos llevamos las manos a la cabeza. "Si estaban en misión humanitaria...", dicen, incrédulos e ingenuos. Militares en labores humanitarias, ¿no es un sinsentido? Muchachos apenas salidos del cascarón en mitad de un entorno de muerte y amenza continua, ¿no es es demencial? Esas abuelas, esas madres, esas familias, lloran desgarradas, y los mandamases encorbatados lanzan sus impecables y soporíferas frases de postgrado en oratoria. Frases que no sanan a esas madres, a esas abuelas, a esas familias...Parece que la vícitma siempre se escribe en femenino, como si el dolor por los muertos estuviera predestinado a ser llorado por el género encargado de traer la vida a este mundo de locos. Militares en misión humanitaria, un país destrozado, humillado y burlado a diario...Y no mucho más allá los que no se cansan de pregonar que fueron víctimas, se erigen en cruentos verdugos de esos a los que han arrebatado no sólo la tierra, si no el futuro y la dignidad, mientras el mundo calla y sigue recordando, incansable, la tragedia de los verdugos. Mundo de locos. Y se llama terroristas a los que desorientados a causa de la vorágine de sangre indiscriminada a la que se les ha condenado, se defienden sin mirar a los lados...Mundo de locos. El desierto llora, enloquece y el Mundo se calla, se hace cada vez más irracional, condena a los exaltados pero no frena a los injustos...¿Cuándo llegará el Mesías? Aunque cada vez temo más que el Mesías se presente entrajetado, engominado, con un reluciente reloj de oro y decenas de micrófonos enfrente de sus labios y lance más frases aritificiosas, inútiles, caras e inhumanas. Temo que el Mesías sea un brillante político, un opaco ser humano. ¿Dónde está el sentido común? Mundo de locos.

sábado, 23 de junio de 2007

Cómo nace El Escritor

¿Cómo nace El Escritor? El Escritor nace tras la tormenta; tras un nido de pesadillas diurnas; tras un laberinto de experiencias percederas en el tiempo, inmortales en el alma; tras un látigo de lágrimas, un espejismo de alegría y el trance que supone el paso de la infancia a la madurez; El Escritor nace tras la muerte de El Niño, pero nace porque de ese Niño quedó el minúsculo poso de rebeldía que ayuda a engendrar a los creadores inconformistas, y El Escritor ve la luz con la única ayuda de su voluntad. No hay tarea más solitaria en este mundo que la de escribir, porque sin la fe en uno mismo, los personajes literarios se quedan en cáscaras sin esencia; los paisajes se transmutan en postales opacas, y las historias, en batiburrillos de palabrejas y oraciones pretensiosas sin ningún atractivo ni credibilidad. He ahí la loable tarea de El Escritor, más allá de enfrentarse a la siniestra página desnuda: confiar en lo que se va a contar. Sin ese germen primigenio, toda creación se vendrá abajo como un castillo de naipes malditos. Confianza, seguridad. El Dios creador se verá solo en su misión, y eso no le disculpa: su obligación es crear.

viernes, 22 de junio de 2007

Amigos y amigas,
bienvenidos al nacimiento de mi blog "La Arcadia Infeliz" hoy, 22 de junio de 2007, cuando un nuevo verano acaba de entrar en nuestras vidas. Mi nombre es Ian Grecco, vivo en una isla perdida en algún lugar del Mediterráneo (aún no les diré de qué isla se trata, todo se andará), y a partir de hoy me abro a este universo infinito y oscuro llamado internet para expresar mis inquietudes literarias y existenciales a todo aquel que desee verme. Me gustaría alcanzar cierta disciplina a la hora de escribir, algo sin lo que no puedo vivir, porque como decía Ingeborg Barchmann, "sólo existo cuando escribo". Y como mi naturaleza caótica me impide abrazar una rutina a la hora de tejer mis relatos, piezas de teatro y novelillas, he decidido crearme un blog. Trataré de escribir mis ficciones y realidades de forma más o menos frecuente, y sus críticas y comentarios serán gratamente recibidos. Muchas gracias por adentrarse en mi Arcadia Infeliz. Espero que este sea el principio de una grata experiencia para todos.
Saludos desde la isla.

Ian Grecco.